Tres Consejos para Crecer Espiritualmente.

MarZe

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Oct 10, 2020
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Tres Consejos para Crecer Espiritualmente​


Como cristianas, crecer espiritualmente es un anhelo natural en nuestro corazón. Después de todo, estamos llamadas a crecer. No sé si te ha pasado, pero en mi anhelo de crecer, me he encontrado en ocasiones agobiada por todo lo que percibo que tiene que cambiar en mi. En lugar de ser un agente motivador, era uno de frustración.
Un día el Señor me dejo ver que la fuente de mi frustración no eran mis faltas, sino mi enfoque. Me estaba enfocando tanto en el cambio que había perdido vista del proceso. Peor aun, había perdido vista del papel de Dios dentro de mi proceso… Fue una experiencia que me humilló delante del Señor y me recordó que no se trata tanto del cambio, sino de confiar en El y en su proceso para experimentar el cambio.

Tres consejos para crecer espiritualmente sin agobiarte en el proceso​

1. No puedes cambiarte a ti misma​

El crecimiento espiritual no es lo mismo que el crecimiento personal. El crecimiento espiritual depende primeramente de nuestra relación con Dios, mientras que el personal depende de nosotras, de nuestras habilidades.
Creo que, a cierto nivel, nos puede parecer más atractivo trazarnos una meta de crecimiento personal porque nos da un sentido de auto-control. Dependemos de nuestro propio esfuerzo para experimentar ese cambio que tanto anhelamos.
Y, no me mal entiendas, no hay nada malo con eso. Es importante desarrollarnos personalmente y trazarnos metas que nos reten y nos lleven a otro nivel. De hecho, mejorar en lo personal puede ayudarnos a mejorar en lo espiritual, y viceversa. El peligro esta en que abordemos nuestro crecimiento espiritual de la misma manera que a nuestro crecimiento personal.
«Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia.»
Proverbios 3:5
Cuando hablamos de crecimiento espiritual, no dependemos únicamente de nosotras. Hay una parte que tenemos que hacer, pero dependemos primeramente de Dios.
Esto quiere decir que dependemos de El para que nos cambie a través del Espiritu Santo y su Palabra. Entonces, nuestra parte es dejarnos guiar por Su Espiritu y estudiar la Biblia. El crecimiento espiritual lo da Dios. No es producto de nuestro esfuerzo. Somos colaboradoras con El y le permitimos que haga Su propósito en nosotras.
Reconocer que dependemos de Dios para nuestro crecimiento espiritual nos libera de la presión de nuestras expectativas, porque nos sometemos a Su agenda divina en nuestra vida.
Así que recuerda: es Dios quien te cambia, no tu misma.

2. Que tus pasos pequeños sean guiados por Dios​

En el crecimiento espiritual no se trata de hacer algo porque es lo lógico. Se trata de hacer lo que Dios nos pide que hagamos. No llegamos de una vez, sino tomando pasos pequeños, uno a la vez, en la dirección que El nos ha indicado. Si vamos por dónde queremos, no veremos los resultados que esperamos.
Algunas preguntas que le podemos hacer a Dios para tener dirección:
  • ¿En qué necesito trabajar ahora?
  • ¿A qué área quieres que le dedique tiempo?
  • ¿Qué virtud necesito desarrollar?
  • ¿Sobre qué necesito aprender más?
  • ¿Qué relación necesito fortalecer?
¿Y cómo saber la respuesta? Eso es parte del crecimiento y de tu relación con Dios. Dios se comunica diferente con cada una de nosotras, pero cuando lo hace, podemos sentir en nuestro espíritu que es El quien nos habla.
Nunca he escuchado la voz de Dios audiblemente, pero sí la he reconocido cuando leo la Biblia. A veces leo un pasaje y siento que lo escribió para mí. Otras veces alguien me dice algo que confirma lo que había en mi corazón, o escucho alguna predica o canción que claramente contesta mi pregunta a Dios.
Creo que más que enfocarnos en como recibiremos la respuesta, el paso más grande es hacer la pregunta y esperar la respuesta en fe. Algunas respuestas vienen de inmediato, otras tardan. Pero cuando haces la pregunta, ten por seguro que recibiras una respuesta. Solo abre tu corazón y espera.

3. Persevera​

Dar pasos pequeños requiere perseverancia, que nos paremos si nos caemos. El hecho de que sean pasos pequeños no quiere decir que sean fáciles. No siempre tendremos éxito en nuestro primer intento. Es en tratar, en levantarnos cuando caemos, que el Señor hace su trabajo en nosotras y desarrolla nuestro carácter.
«Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido.»
Hebreos 10:36
Así que recuerda: esto es un proceso en el cual vamos de la mano con Dios, y solo el que persiste llega a la meta.
Recuerda también que todo lo puedes en Cristo y que en El, eres mas que vencedora.

 
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