Lecciones de la Mariposa y la Transformacion Espiritual.

MarZe

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Oct 10, 2020
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Me encantan las mariposas y revisando uno de los blogs que sigo encontre este post que me gusto mucho. Espero le sirva a alguien :) .

Lecciones de la Mariposa y la Transformación Espiritual​


He compartido anteriormente que me encantan las mariposas. Para mí, la mariposa es unacriatura fascinante y puedo ver en ella lecciones para nuestro crecimiento y transformación espiritual. Más que nada, puedo ver como nuestro pasado no determina nuestro futuro.
Muchas veces podemos quedarnos estancadas en una etapa de nuestras vidas, ignorando que es solo parte del proceso. La oruga no fue creada para ser oruga toda su vida. Llegado el momento, será transformada en una hermosa mariposa. Igual tú, querida amiga.
Acompáñame en esta jornada transformativa y veamos que podemos aprender de la mariposa.

El proceso de transformación de la mariposa

Primero vamos a ver un poquito sobre el trasfondo de la mariposa. Nos vamos a ir un poquito “Discovery Channel” / “Animal Planet”, pero quédate conmigo hasta el final. Esto es interesantísimo…
La mariposa tiene cuatro etapas de vida: el huevo, la larva (oruga), la crisálida, y la adultez.
En resumen, el huevo es la etapa inicial, de donde se desarrolla la oruga. La oruga es como un gusanito, muchas veces con un patrón de colores. Es diferente a otros gusanos. Este gusano se alimenta y crece bastante para luego entrar en la etapa de crisálida, donde finalmente es transformado en una bella mariposa.
Casi puedo escucharte diciendo: “Chévere, Aixa, pero que tiene ¿qué ver esto con el crecimiento o la transformación espiritual?” Ahí vamos…

La metamorfosis

Metamorfosis es la palabra usada para describir el proceso a través del cual la oruga es transformada en una mariposa. Su origen viene de la palabra griega “metamorphosis”:
Meta = más allá
Morphe = forma
Osis = cambio de estado
Entonces, metamorfosis es un cambio de estado a una forma más allá de la forma anterior. La oruga sufre un cambio de estado que la lleva a ser algo más allá de lo que era. Es igual a lo que experimentamos cuando venimos a Jesús. Experimentamos un cambio de estado.
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
2 Corinitios 5:17

¿Qué envuelve la transformación?

La crisálida

Esta parte me asombró muchísimo, no sólo porque es donde ocurre el cambio, pero por lo que envuelve ese cambio…
En el proceso de la mariposa, la crisálida puede parecer una etapa de reposo. Desde afuera parece que no mucho está pasando… Pero adentro de ese cascarón hay una actividad literalmente transformativa.
En el proceso de transformación, el cuerpo viejo de la oruga muere y uno nuevo es formado. Esto requiere el rompimiento de la oruga en algo nuevo…
¿Recuerdas ese tiempo donde la oruga se alimenta en su etapa de crecimiento? Los mismos jugos que usó para digerir esos alimentos, ahora los usa para romper su cuerpo, el cual será recreado en una nueva forma.

Nuestra crisálida… El caparazón de nuestra transformación espiritual​

Igual nosotras, mientras vamos creciendo en la vida, vamos adquiriendo experiencias. Algunas buenas, otras no. Pero esas mismas experiencias nos entrenan para nuestro crecimiento. A través de muchas de esas experiencias somos quebrantadas porque sólo así Dios podrá sacar de nosotras lo que no sirve.
Así como el cuerpo viejo de la oruga es quebrantado para formar uno nuevo, nosotras también somos quebrantadas para experimentar algo nuevo de parte de Dios.
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí”
Gálatas 2:20
No es un proceso fácil. Así como no vemos lo que pasa dentro del caparazón en el cual la oruga es transformada, nadie ve lo que pasa dentro de nosotras cuando Dios está trabajando. Es un trabajo interno y el producto se ve al final.

La bella mariposa, la bella tú

Y así, tras un proceso de rompimiento, la oruga es transformada en una criatura completamente nueva. Igualmente, nosotras pasamos ese proceso de rompimiento espiritual y renovación de nuestra mente. Mientras buscamos a Jesús, vamos siendo transformadas para parecernos más a Él.
“Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.” 2 Corintios 3:18
No podemos ser más bellas que cuando lo reflejamos a Él.

Lecciones de la mariposa

Para resumir, estas son las lecciones que he aprendido de la mariposa y que podemos aplicar a nuestro crecimiento y transformación espiritual:

1. Tus circunstancias no te definen

La oruga no fue creada para ser oruga toda la vida. La oruga no es la identidad de la criatura, es una parte del proceso. ¿Por qué a veces pensamos que nos vamos a quedar como orugas? Nuestra identidad no es de oruga. Es solo parte de nuestra jornada en convertirnos en mariposas. Si estás en una etapa difícil, recuerda: tus circunstancias no te definen. Son parte del proceso.

2. Eres especial, eres “clase aparte”

La oruga no es un gusano común. Es una “clase aparte” de gusano. Este gusano no fue creado para arrastrarse toda la vida. Fue creado con alas en su ADN. Aunque sólo se arrastra, fue creado con el potencial de volar.
Amiga, eres especial. Como hija de Dios, eres “clase aparte”:
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” 1 Pedro 2:9
Has sido escogida para ser portadora de las virtudes de Aquel que te creó. Él te llamó de las tinieblas en las que estabas para andar en su luz. Así como la oruga se arrastra, en algún momento sentimos que vivimos arrastrándonos por la vida. Pero esa no es nuestra identidad. Fuimos creadas con alas en nuestro ADN. Fuimos creadas con el potencial de volar.
“pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.” Isaías 40:31

3. Deja que el proceso ocurra

La oruga no se niega a ser transformada. Contrario a la oruga, algunas podemos poner resistencia al proceso. No sé si te pasa a ti, pero a veces puedo ser una «oruga testaruda». Me está interesante que, durante el proceso de crisálida, la oruga crea un caparazón que la protege durante el proceso. La oruga se da al proceso de transformación.
A veces queremos construir nuestro propio caparazón, pero en el proceso de transformación espiritual, no necesitamos hacerlo. Cuando tú y yo nos damos al proceso de transformación, Dios mismo se convierte en nuestro caparazón. Él nos protege, nos refugia mientras nos transforma… Hay cosas en nuestra transformación que son solo entre Dios y nosotras.

4. Luce tus colores

Desde que el huevo se convierte en oruga, sus colores la distinguen. Cuando llega a convertirse en mariposa, sus colores son magnificados. Luce tus colores. Es decir, tu personalidad, todo aquello que Dios puso en ti para hacerte diferente. El solo hecho de ser su hija, te hace diferente. Deja que los colores que Dios puso en ti den testimonio de quien eres. Cada experiencia colorea tu vida. Deja que Dios te muestre como expresar tu belleza para Su gloria.

5. Despliega tus alas

Llegado el día, la que era oruga, ya no es. El hecho de que la mariposa fuera oruga un día, no la descalifica para ser mariposa. Una vez rompe el caparazón, despliega sus alas y vuela, dando testimonio de una transformación impresionante. Nuestro pasado no nos descalifica de nuestro futuro. Dios tiene un plan para nosotras y completara la obra que ha comenzado en cada una.
Fuimos creadas para “desplegar nuestras alas”, volar por encima de nuestras circunstancias, y usar todo lo que Dios puso en nosotras para Su gloria. No fuimos creadas para vivir en un caparazón. El caparazón tiene su lugar, pero no es nuestro hogar. Y créeme, el caparazón es muy cómodo para mi… El hecho de escribir en este blog es para mí parte de desplegar mis alas. No soy una obra terminada. Nadie lo es. Dios nos sigue formando en diferentes áreas de nuestras vidas. En cada etapa de crecimiento, Dios nos moldea y nos muestra cómo volar en nuevos campos.