Confiando en Dios en nuestros momentos de preguntar “¿por qué?” (proverbs31.org)
Podemos caminar en esperanza, sabiendo que la fortaleza de Dios nos renueva cada día. Y en Su fuerza, llegamos a decidir que nuestros momentos de “¿por qué?” ya no nos mantendrán atascadas o robarán nuestra alegría. En la fe, podemos poner nuestro dolor en Sus buenas manos — porque servimos a un Dios que convierte nuestra miseria en una obra maestra.
Querido Padre Celestial, gracias por el invisible y eterno trabajo que estás haciendo en mi vida. Ayúdame a confiar en Ti con mi dolor, sabiendo que es solo una parte de la historia. Concédeme la fuerza para perseverar hoy. En el Nombre de Jesús, Amén.